sábado, junio 19, 2010

lenguaje e ilusión.



..."Entre los respectivos sistemas de proposiciones que conforman las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein y los Yogasutras de Patanjali media una distancia cultural y geográfica que los convierte en universos aparentemente inconmensurables; no obstante, son dos métodos de aproximación al conocimiento de la mente que desvelan tanto la capacidad de la conciencia para descubrir su funcionamiento como sus límites. Ambos proponen un trabajo arduo de observación y de desidentificación de la conciencia para con los procesos de pensamiento. Mientras los Yogasutras se presentan como guía hacia la detención del proceso mental (descripción de obstáculos, alteraciones mentales y modo de eliminarlos), Wittgenstein se preocupa de desestructurar las viejas creencias y mostrar que no hay salida, ningún metalenguaje desde el que considerar los juegos de lenguaje. ¿Fue, el último filósofo, más oriental que sus coetáneos?

No estoy hablando de un tema que le competa sólo a la filosofía. Nos concierne a todos. Nuestro mundo: nuestro lenguaje. Presos en el logos. Sus límites, los del pensar, infranqueables. Moverse en el filo tiene un precio: el vértigo. Y una recompensa: descubrir la farsa, la ilusión, tan sólo para volver a internarse, más lúcidos (des-ilusionados), aunque quizá más tristes. El logro: reírse".

www.elpais.com/articulo/portada/limites/razon/elpepuculbab/20100619elpbabpor_32/Tes

Esperamos que la razón nos asista para detectar los espejismos y reconocerlos como tales, pero la mente se maneja a menudo mediante razonamientos que no son sino ilusiones de objetividad y buen juicio. Concebimos, analizamos, y actuamos, en base a ilusiones que sólo (acaso) podamos comprender que son meros espejismos si lo intentamos con el empeño suficiente y un poco de suerte.

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